Conocí a un tipo por chat. Quedamos en encontrarnos por Avenida Corrientes. Y así fue. Pero lo que no fue es lo que yo esperaba de él. Si bien no me lo imaginaba como un Adonis, lo peor de todo es que nunca lo había pensado como un plomazo.
Después de aguantarlo durante la cena, y mientras tomábamos el café, le dije que quería irme a mi casa y que lo acompañaba a tomar el colectivo (sí, yo lo acompañaba a él) porque tenía pensado irme en taxi sola.
Cuando estábamos en la parada el tipo terminó de mostrar toda su estampa. Ni bien apareció el 24, levantó la mano, me dejó un beso en la mejilla y, mientras se agarraba del pasamanos, dijo "¡hablamos...!". Y yo me quedé sola como una... esperando el taxi y tal vez, el día de mañana, a un caballero.
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1 comentario:
¿No se habrá dado cuenta el pibe que la mina no tenía onda y se rajó?
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