Quedaron atrás aquellas épocas en las que las mujeres marcaban terreno en la casa de su "chico" instalando el cepillo de dientes o colgando una bombacha de la ducha. Ahora, si bien pueden seguir con esas costumbres internalizadas ya desde el vientre materno, vienen por más.
Resulta que un amigo me contó que su chica, no satisfecha con haber hecho una cabecera de playa que incluía la apropiación de remeras del chico como camisón, un día le hizo el siguiente planteo.
"¿No me hacés el favor de configurar mi cuenta de mail en tu Outlook así no tengo que andar chequeando mi correo desde el webmail?"
El tipo, sorprendido ante semejante invasión pero débil como macho que que es, va hasta el menú Herramientas del Outlook y comienza con la tarea solicitada. Pobrecito, no sabe lo que le espera.
A partir de ese momento pasará menos tiempo frente a su computadora, ya que la chica gozará de la PC y le pedirá que, mientras tanto, vaya preparando la cena.
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1 comentario:
no, no, no. Muy mal. No hay que invadir así, ni avanzar por este lado. Hay que volver al romanticismo: las serenatas por la ventana, la declaración de amor, hasta que la muerte nos separe y esas cosas. Y sino, nada che.
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