¿Cuál es la diferencia entre un macho decidido y un energúmeno déspota? La línea es muy delgada y las mujeres son jueces inteligentes e implacables.
¿A qué mujer le gusta un hombre timorato o con poco poder de decisión?. Seguramente a muy pocas. La imagen de hombre siempre estuvo asociada a un macho cazador que se lanza decididamente a sus presas, casi sin pensarlo, por instinto.
Esa característica, que seguramente cambió en la actualidad, se mantiene como un estereotipo del hombre. Y esa misma condición que le puede dar una imagen varonil otras veces lo convierte en un ser despótico que pretende hacer siempre lo que quiere. Entonces ¿hasta que punto debe llegar el poder de decisión del hombre? ¿Cuál es la medida máxima aconsejada para que no se convierta en un tirano de entrecasa?
Para intentar una respuesta a esas preguntas, podríaa analizarse al jurado que diariamente determina de qué lado de la línea de decisión está el hombre: las mujeres.
Por un lado están las féminas que deciden poco o que al menos optan por decidir que no deciden. Se trata de mujeres que toman la decisión conciente o inconciente de estar cerca de hombres decididos.
Por otra parte se encuentran las que deciden mucho. Son mujeres muy ejecutivas, acostumbradas a tomar decisiones diarias importantes. A ellas les costaría mucho admirar a una pareja con poco nivel de decisión. Es más, casi ni posarían sus ojos en hombres con imagen de apocados. Y si llegaran a establecer una relación con alguien así, pronto pondrían el grito en el cielo.
Después de este análisis demasiado breve, se puede inferir que la mayoría de las mujeres prefieren los hombres decididos. Sólo falta determinar el punto de equilibrio. Y para ir a un ejemplo concreto bien vale una experiencia.
Un amigo entra al cine con una señorita de esas acostumbradas a decidir. Ni bien ingresan en la sala se paran en la mitad del pasillo y advierten dos posibles ubicaciones para sentarse. Una de ellas un poco adelante y la otra un poco atrás. El hombre entonces le pregunta a la mujer: ¿cuál preferís? La respuesta de la mujer no se hace esperar y dice "elegí vos".
Seguramente el hombre sabía muy claramente en qué lugar se ubicaría si fuera solo al cine pero, acompañado por una mujer, la consultó para satisfacerla. En cambio, la mujer decide no decidir. ¿Por qué lo hace? ¿Quiere probar si el hombre tiene capacidad de decisión? ¿Ya descartó que sea un déspota autoritario porque la consultó? ¿Confía en el criterio de su acompañante?
El hombre, futbolero de alma, sabe que la mujer le está haciendo un amague. Entonces, la mira a los ojos, lee la jugada e inmediatamente le dice, con vos firme y segura, "vamos ahí". La señorita asiente la determinación, se sienta muy relajada en el lugar decidido por el hombre y le confiesa que ese sitio era su preferido.
Si bien las posibilidades eran dos y el margen de error era del 50 por ciento, el hombre fue muy certero. Sólo le bastó con advertir en que lugar detenía la vista la mujer cuando él la consultaba.
Entonces, el éxito de la decisión del macho, y la respuesta a las preguntas que indagaban sobre el límite entre una persona decidida y un déspota, está en que los hombres decidan siempre,... siempre y cuando decidan lo que ellas hubieran elegido.
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1 comentario:
Atentos hombres!!!! Aquí hay una (extraña) lección de sabiduría masculina!
Brindo por eso!
A ver cual de ustedes puede aportar otra?
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