Un amigo me acercó está historia que, a su vez, a él se la contó su madre. La anécdota transcurrió hace muchos años en el barrio porteño de Boedo (en la inmediaciones de Pavón y Maza) y relata la acción de un marido engañado.
El hombre llega a su casa y descubre a su mujer compartiendo cama e instintos con un tipo. Despechado, busca el revólver, encañona a los amantes y les advierte que si no se quedan como Dios los trajo al mundo, él los manda al infierno.
Con el "fierro" en la mano y la parejita en la cama, el engañado comenzó a llamar a los gritos a su vecina. Cuando llegó la señora, le pidió que presenciara el cuadro de adulterio y además la conminó a convocar a otros vecinos de la cuadra para que hicieran lo mismo.
Después de que los vecinos desfilaran por el dormitorio de "la chanchada", el "corneado" envolvió a los "puercos" en una sábana y los llevó caminando a la comisaria. Allí, entre pitos y barrotes, los terminaron de abotonar.
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