En la cuarta hay que parar

Botella de vino mediante, C. me contó que había comenzado una relación con una chica nueva. El tipo estaba como loco. Y no es para menos, había estado con ella la noche anterior y, a instancias de él, no tuvieron sexo esa noche.

Ante semejante comentario no se hicieron esperar mi obvias preguntas: ¿estabas cansado?, ¿la cosa no andaba?, ¿la mina no te va más?. C. me paró a la tercera y me dijo "no, nada que ver". Carcajada mediante soltó un "tranquilo, todo está orden y se trata de una nueva estrategia que vengo experimentando".

Ahí terminé de servir el culito de tinto que quedaba y lo miré esperando la historia. "Resulta que después de la tercera vez que tenés algo con ella hay que pisar el freno. La idea es mostrarle que no la querés para eso. Entonces te quedás charlando hasta tarde y le das mucho lugar a que te cuente lo que quiera. Vos tenés que concentrarte en prestarle atención (si podés)y en que no te traicione el socio `piel roja´".

"Le hacés café, ponés buena música, rematás algún alcohol y te limitás a algún que otro mimo "desinteresado". Después, la invitás a dormir y listo."

"Te aseguro que al otro día, la mina va a pensar lo que vos quisiste que pensara. Pero para rematar, y antes que te diga algo, tenés que decirle: que buena que estuvo la noche de ayer, me moría por abrazarte, pero no podía dejar de escucharte."

"Y ahí te garantizo que si no viene el mañanero, a la noche solamente tenés que agarrarte de los barrotes de la cama para no volarte."

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Jefe, yo no le doy tregua. No va a ser cosa que piense mal de mi. O que me venga de entrada con el típico ¿ya no te gusto más?

Ignatius Reilly dijo...

Sí, hacé como quieras, no hay regla. Esto sólo es un mero comentario y especulación. Se trata de ensayar, como en el fútbol, la oportunidad de una pelota parada.